Alfredo Piquer Garzón.- ( Madrid 1951) Licenciado en Filosofía y Letras (Historia Antigua), Graduado en Artes Aplicadas (Profesor de Entrada de Procedimientos de Ilustración del Libro), Doctor en Bellas Artes (Grabado). En la actualidad desempeña labor docente e investigadora como profesor Titular en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid (Técnicas Planográficas). Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas. Obtiene varios premios y menciones honoríficas de Pintura y Grabado. Recupera una casi olvidada vocación poética a partir de 1998. Se integra en el Grupo de Poesía del Círculo de Bellas Artes del que en el presente es coordinador. En 2002 recibe el Premio de Poesía de la institución.

Entre la Historia, la intriga y los valores humanos

En la primera mitad del siglo IX la frontera del Emirato de Córdoba llega casi hasta los Pirineos. Solo el Reino Carolingio y los condados de la Marca Hispánica que lindan además con el reino de Asturias establecen la resistencia firme y reconquistadora a la expansión musulmana en la península. El principio del siglo IX es la época en que Pamploneses, Astur Leoneses y los primeros condes Castellanos combaten para expulsar tanto a los Musulmanes Cordobeses del Emirato Omeya como a los Francos Carolingios. El héroe Franco Roldán había muerto en Roncesvalles según el Cantar de Gesta y las Crónicas de Francia en 778. Con base histórica mas fehaciente, sabemos , desde Don Ramón Menendez Pidal, de Rodrigo Díaz de Vivar.

Cantares de gesta los hubo que narraron episodios, viajes, afrentas y combates, sintomatizando ese friso de la historia aun sumido en la semipenumbra de los castillos , los cenobios , los monasterios y el recogimiento misterioso de las bóvedas y los muros de piedra.
Y aquí se sitúa el fondo de tremendo interés de nuestra historia. Desde el momento en que un “drakkar” vikingo aparece desde las brumas del norte en la atmósfera clara de las aguas y las costas de Vizcaya y los condados hispánicos.

Y un cúmulo de acontecimientos trepidantes, descritos con precisión, se sucederán trazando fundamentalmente dos cuadros paralelos : la realidad actual desde la que se establece la narración general y la rememoración de la historia de la princesa Astrid, la princesa de hielo , a través del manuscrito encontrado en San Florián, que dibuja un escenario veraz y colorido de la Edad Media como si se tratara de una crónica de aquella época; como si fuese un fresco al temple de un muro o un ábside románico.

Allí la intriga policiaca existe y existe bien tramada y de modo verosímil. La que da argumento verdadero y urdimbre sólida a la novela: la historia real y cotidiana de una chica joven, Silvia, su protagonista, como no podía ser de otro modo en una época en que la mujer reclama su igualdad y acredita en tantas ocasiones su superioridad (nótese como son algunos de los chicos de la historia los que están más pendientes de los aspectos sentimentales. Algo ha cambiado de manera notoria), que se enfrenta al misterio del robo del museo arqueológico de Cuevas del Conde , en Burgos, y el fallido envenenamiento de D.Pío, tío lejano, investigador y eclesiástico.

Pero haciendo un inciso, antes diremos que sobre autores de novelas con protagonistas juveniles y de narraciones detectivescas, policiacas y de aventuras, Kipling, Verne, obviando a Stevenson, Conrad, incluso Poe, iríamos, si se nos permite, hasta Hergé y toda la implicación de su personaje Tintin en los hechos de la historia estrictamente contemporánea, con ese poder de documentación y observación potente que acredita en todas sus aventuras pero como escenario de una serie de intrigas también policiacas y que desde luego continua la gran tradición de la novela de aventuras en francés y me refiero otra vez a Julio Verne.

Que los niños y los jóvenes han sido siempre unos linces a la hora de desenmascarar crímenes y criminales ha dado fe la literatura y también el cine. Aun recuerdo en una cierta nebulosa la primera película que vi en mi vida: Emilio y los Detectives de los estudios Disney sobre la novela de Erich Kärstner, dirigida por Peter Tewksbury.

Y si hablamos de novelas de protagonismo juvenil, como es el caso, hay un abismo entre las historias interesantes de Enid Blyton por ejemplo, y las muy distintas de Joanne Rowling, la autora del difundido por los medios Harry Potter.

La historia de Silvia y el robo del Museo de Cuevas del Conde, que verdaderamente nos ocupa, trae a colación en un segundo plano esa otra historia apasionante: la desvelada en el manuscrito de la princesa Astrid encontrado en San Florián. Nada menos que nuestra propia historia medieval traída a propósito de la intriga principal de la novela. Pero lo que se pone de manifiesto esencialmente es el valor de la protagonista y su idealismo y sinceridad juveniles, que impedirán que el afán de lucro desmedido de algunos y la realidad de la tristemente habitual práctica económica especuladora de tantas empresas o instituciones pase por encima de los valores de la ética, del respeto a la tierra, de la ecología , de la historia , el arte y la cultura.

Mas cerca de Blyton y afortunadamente lejos de Rowling, Mª Jesús Leza y Jorge Díaz-Leza hacen gala de un estilo realista y coherente, comprometido y sintomático de nuestra realidad cotidiana; de gran viveza expresiva y vigor y fluidez narrativa, espontáneo y rápido, que casi impide abandonar la lectura una vez empezada. Ellos han escrito una novela llena de valores y elementos que hacen de su lectura algo especialmente gratificante.